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10 platos peruanos que no puede dejar de probar

By Serena Pedrioli

Descubrir la cocina peruana es un viaje a través de un caleidoscopio de sabores, una experiencia culinaria que hechiza los sentidos y cautiva el alma de quien tiene el placer de saborearla.

Con sus raíces entrelazando influencias indígenas, españolas, africanas y asiáticas, la gastronomía peruana ofrece un mundo de placeres gustativos únicos. Desde clásicos como el ceviche y el ají de gallina, hasta platos emblemáticos como el lomo saltado y el pollo a la brasa, cada bocado es una invitación a explorar la riqueza culinaria de esta tierra.

No en vano, el restaurante Central de Virgilio Martínez ha ganado el título de mejor del mundo según «The World’s 50 Best Restaurants 2023». Situado en Lima, la capital de Perú, Central celebra la diversidad y autenticidad de los platos peruanos de forma soberbia.

He aquí diez platos de la cocina peruana que no debe perderse.

Table of Contents

1. Ceviche

Ceviche de conchas negras y pescado con chifles, camote, cachita

El ceviche, famoso plato de la cocina peruana, es una deliciosa preparación de pescado crudo marinado en zumo de limón, enriquecido con especias como el ají y el cilantro. Este plato, reconocido por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de Perú, tiene una historia apasionante, con varias teorías sobre el origen de su nombre y su receta. Se cree que tiene raíces antiguas, con pruebas que se remontan a la época mochica, hace unos dos mil años.

La preparación básica del ceviche consiste en dados de pescado fresco, zumo de lima, guindilla y sal. Sin embargo, hay muchas variaciones regionales y personales, que incluyen la adición de ingredientes como cebolla roja, cilantro y apio. Algunos lugares, como Lima, prefieren servirlo inmediatamente para mantener la frescura del pescado y la vivacidad de los sabores.

Especialidades populares son el ceviche mixto, enriquecido con mariscos y acompañado de camote, y el ceviche de concha negra, típico de las costas de Tumbes y Piura, en el norte de Perú. También se pueden encontrar variantes con pulpo, camarones y otros ingredientes locales.

Para acompañar este manjar, las bebidas tradicionales incluyen chicha de jora, cerveza negra o Inca kola. Los aderezos varían de una región a otra, con ingredientes como maíz tostado, boniatos y hojas de lechuga.

El ceviche ocupa un lugar de honor en la cultura peruana, hasta el punto de haber sido declarado Patrimonio Cultural de la Nación. A lo largo de los años, se ha ganado el corazón de los peruanos y de los amantes de la gastronomía internacional, convirtiéndose en un símbolo de la riqueza culinaria de esta fascinante tierra.

2. Lomo Saltado

Lomo Saltado peruano

El lomo saltado es un plato emblemático de la cocina peruana, cuyas raíces se remontan al siglo XIX, durante la época de influencia china en Perú. Este plato representa una fusión única de las tradiciones culinarias criolla y oriental, que se manifiesta a través de la técnica de cocción a alta temperatura en una sartén, conocida como «salteado» en Perú.

La sinergia entre estas dos tradiciones gastronómicas milenarias confiere al lomo saltado un equilibrio perfecto de sabores y aromas. Exclusivo de Perú, es uno de los platos más queridos y consumidos del país.

El corazón de esta preparación es la carne de vacuno, normalmente cortada en tiras y salteada en una sartén junto con cebollas y pimientos. A menudo se utilizan ajíes amarillos peruanos para darle ese picante característico. Se sirve tradicionalmente con arroz normal o patatas, ofreciendo una experiencia de sabor satisfactoria y rica en tradiciones.

3. Ají de Gallina

Aji de gallina con arroz

El ají de gallina es un plato de Perú, conocido por su textura rica y cremosa. Consiste en utilizar pollo desmenuzado, que se cuece poco a poco en una olla con caldo hasta que alcanza una consistencia espesa. Para espesar aún más la crema, se añaden trozos de pan duro previamente remojados en caldo o leche.

 (@ComoHacer.cl)

El elemento distintivo de este plato es el ají amarillo, una guindilla peruana que confiere al plato un característico color amarillo y un toque picante. La crema resultante se sirve tradicionalmente con patatas cocidas y/o arroz blanco, ofreciendo una experiencia de sabor satisfactoria y rica.

El ají de gallina tiene profundas raíces en la historia culinaria de Perú, con influencias que combinan ingredientes españoles y quechuas. Se dice que antes de la conquista española, el plato se preparaba con un ave llamada «hualpa». Con el tiempo, se extendió a otros países latinoamericanos, enriqueciendo el paisaje culinario de la región.

Además, existen variaciones creativas de este plato, como el ají de huevo y el ají de atún, inventadas por cocineros que han modificado la receta original para crear nuevas y deliciosas interpretaciones.

4. Anticucho

Los anticuchos, originarios de la región del Antisuyu del Imperio Inca, se han convertido en un icono de la cocina peruana. Estos populares y asequibles platos de carne tienen sus raíces en la época precolombina, pero la versión moderna se adaptó durante la época colonial, entre los siglos XVI y XIX. Hoy son populares en Perú, Bolivia y Ecuador, donde se conocen como «chuzos» o «carne en palito».

Los anticuchos se pueden encontrar en carritos y puestos callejeros de comida (anticucheras). La carne puede adobarse con vinagre y especias como comino, ají y ajo. Aunque pueden hacerse con cualquier tipo de carne, los más populares son los de corazón de res (anticuchos de corazón), que suelen servirse con callos cocidos y una patata cocida al final de la brocheta. En Perú, los anticuchos están vinculados a la procesión del Señor de los Milagros.

Aunque su origen es precolombino, los anticuchos modernos se remontan al siglo XVI, cuando fueron descubiertos por los conquistadores españoles. En esa época se añadieron ingredientes europeos, como el ajo, y la carne de vaca empezó a sustituir a la tradicional de llama utilizada durante el Imperio Inca. Fue un plato popular entre los habitantes del Imperio Inca y hoy está muy extendido en la mayoría de los países sudamericanos.

La tradición peruana de comer anticuchos atraviesa todas las clases sociales y es especialmente popular como comida callejera. La preparación tradicional consiste en trozos de corazón de ternera ensartados en una brocheta y asados al fuego, sazonados con sal y a veces vinagre. Suelen servirse con una salsa de ajo, cebolla, ají panca, comino, pimienta negra y cerveza.

Los anticuchos forman parte de la cocina peruana y son especialmente populares durante las Fiestas Patrias de julio.

5. Pollo a la Brasa

Pollo a la brasa peruano

El pollo a la brasa, también conocido como pollo asado, pollo ennegrecido o pollo al carbón, es una variedad de pollo asado especialmente asociada a la cocina de Perú. Fue desarrollada en Perú en la década de 1950 por inmigrantes suizos. Originalmente, el consumo de este plato se limitaba a los restaurantes de clase alta (décadas de 1950 a 1970), pero hoy en día está muy extendido.

La versión original consistía en pollo asado al carbón y sazonado sólo con sal, servido con patatas fritas grandes y comido tradicionalmente con las manos, aunque hoy en día se utilizan especias adicionales y mucha gente lo come con cubiertos si lo desea. Casi siempre se sirve con salsas cremosas a base de mayonesa, y más frecuentemente con una salsa conocida como ají.

El pollo a la brasa se encuentra ahora en restaurantes de todo el mundo y se considera un plato básico en el menú de los restaurantes peruanos de fusión. Se considera un plato nacional de Perú, ya que los peruanos lo consumen una media de tres veces al mes y los restaurantes de pollo asado representan el 40% de la industria de comida rápida del país.

El plato fue desarrollado por Roger Schuler, un suizo residente en Chaclacayo, Lima, en 1950. Schuler, ciudadano suizo que tuvo dificultades para regresar a su país durante la Segunda Guerra Mundial, y tras trasladarse a varios lugares de Chile y Perú, se instaló en Lima, trabajando en hoteles y restaurantes. Ideó el método específico para cocinar el pollo, observando la técnica de su cocinero al prepararlo, y poco a poco, junto con sus socios, perfeccionó la receta, creando el restaurante Granja Azul en Santa Clara, distrito de Ate, Lima. Tras desarrollar la receta inicial, recibió un gran pedido de catering y, buscando cocinar una mayor cantidad de comida en menos tiempo, buscó a otro inmigrante suizo, Franz Ulrich, un herrero que desarrolló un tipo de horno para asar pollos de gran capacidad al que llamó «El Rotombo». Mientras que la preparación inicial sólo incluía sal como condimento, las preparaciones actuales suelen incluir romero, huacatay, pimienta negra, salsa de soja, ají panca y comino. La familia Schuler sigue siendo propietaria de la Granja Azul y de varios restaurantes más por todo Perú, y Ulrich siguió fabricando hornos para pollos asados.

6. Causa limeña

La causa limeña, también conocida como causa rellena o simplemente causa, es un aperitivo típico de la gastronomía peruana de origen precolombino. Consiste en una mini cazuela, con la parte superior e inferior de patatas amarillas y el relleno de carne blanca.

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En el antiguo Perú se preparaba con papas amarillas mezcladas con ají picado, pero a veces se utilizaban otras variedades de papas. Durante el virreinato del Perú, entre los siglos XVI y XIX, se le añadió limón, originario de Asia, con lo que la receta adquirió su forma definitiva tanto en ingredientes como en presentación.

El chef peruano Nilo Do Carmo afirma que «este plato, creado con ingredientes de la costa y la sierra, es un entrante imprescindible en cualquier menú y sigue representando el más puro patriotismo peruano».

Existen varias teorías sobre el origen del nombre de este plato. Una de las más aceptadas cree que puede derivar del modismo Kawsay, que en lengua quechua se asocia a la papa y significa «alimento necesario» o «lo que alimenta». Otras hipótesis la relacionan con episodios bélicos ocurridos en la historia contemporánea de Perú.

La causa limeña se prepara tradicionalmente con patata amarilla, limón, huevo cocido, ají amarillo y aceitunas negras. El relleno puede enriquecerse con aguacate, lechuga y otras carnes blancas como atún, pollo, mariscos o pulpo. Se sirve con una salsa ligera de mayonesa y también puede prepararse con habas o yuca amarilla.

7. Arroz Chaufa

Arroz Chaufa con Mariscos

El arroz chaufa, también conocido como arroz de chaufa ('arroz chino'), es un plato de arroz frito de Perú. Forma parte de la cocina china peruana, llamada chifa. Este plato consiste en una mezcla de arroz frito con verduras, normalmente cebolletas, huevo y pollo, cocinado rápidamente a fuego alto, a menudo en un wok con salsa de soja y aceite.

Arroz Chaufa con mariscos

Su origen se atribuye a la cocina china debido a la afluencia de inmigrantes chinos a Perú a finales del siglo XIX. Entre las carnes más utilizadas están el cerdo, la ternera, el pollo y las gambas. Se prefiere la salsa de soja oscura para condimentar el arroz frito peruano. Una persona especializada en la preparación de arroz chaufa recibe el nombre de chaufero. El término «chaufa» deriva de la palabra china «chaofan» (炒飯), literalmente «arroz frito».

Una variante del arroz chaufa es el chaufa amazónico, un arroz frito preparado con ingredientes típicos de la región amazónica de Perú. Suele incluir cecina (carne seca y salada) y maduros (plátanos dulces). Además del arroz, un ingrediente común en muchas versiones del arroz chaufa es la cebollita china. La receta también puede adaptarse con otros cereales, como la quinoa y el trigo. En algunas regiones, el arroz se sustituye por quinoa o trigo perla, mientras que en otras puede combinarse con fideos. El plato suele acompañarse con salsa de soja y/o crema de ají.

Además, se pueden encontrar muchas otras variantes del arroz chaufa, como con pollo, ternera, cerdo, pato, carne seca, marisco, pescado y muchos otros ingredientes, que ofrecen una amplia gama de sabores y combinaciones. Algunas variantes se denominan según los ingredientes añadidos, como «aeropuerto» cuando también incluye tallarín saltado, otro plato de chifa, en la misma plancha, o «salvaje», «especial» o «Taypa».

8. Cuy frito o Chactado

El cuy frito, o cuy chactado, es uno de los platos más antiguos y tradicionales de Perú, consumido desde la época de los incas. En este plato se utilizan cuyes que, a diferencia de su destino como mascotas, se fríen hasta conseguir una textura crujiente.

El sabor del cuy frito a menudo se compara con el del pollo, aunque con una nota más grasa, que tiende a un híbrido entre pollo y conejo. Curiosamente, para muchos, la parte favorita es la cabeza del cuy. Este plato se disfruta tradicionalmente con las manos, por lo que es aconsejable tener servilletas a mano para evitar ensuciarse. Por lo general, se sirve en las cuyerías, el cuy frito se acompaña de mazorcas de maíz, arroz, papas, batatas, varias salsas y ensaladas.

El picante de cuy es un plato tradicional de los Andes, difundido por todo el Perú a lo largo de los siglos. Se consume regularmente en algunas regiones del país, como en Ayacucho, Cuzco, Ancash y Junín, y a menudo es protagonista de celebraciones y fiestas.

La cría de cuy (Cavia porcellus) es una práctica antigua en el territorio peruano, con un consumo generalizado ya en las épocas pre-incaicas e incaicas. El origen exacto del picante de cuy no está claro, pero se sabe que se originó en las regiones montañosas del Perú, como Huánuco, Cajamarca y Ancash.

Los Incas seleccionaron un plato representativo para cada mes, para ofrecer en celebración a la madre tierra. Por ejemplo, el picante de cuy se preparó tradicionalmente durante el mes de agosto, Chakra Yapuy Killa, dedicado a la preparación de la tierra para la siembra. Este plato simbolizaba el comienzo de la temporada agrícola.

9. Papa a la Huancaína

La papa a la huancaína es un plato icónico de la cocina criolla del Perú. Las primeras referencias escritas se remontan a finales del siglo XIX, cuando las "patatas amarillas a la Huancaina" se sirvieron como aperitivo en el banquete organizado por don Miguel Grau Seminario, entonces capitán de barco, en el Club Nacional el 21 de junio de 1879. Este plato también fue mencionado en el libro de cocina "Copia de comidas para el uso de la señorita Isabel Gertrudis Alfaro" (1897) y en "La cocina" de Boix Ferrer (1928).

(@CenaFacil)

La preparación clásica de la salsa implica la trituración o licuefacción de chile amarillo con leche, aceite y queso fresco, tradicionalmente vertido sobre papas hervidas. Algunas variaciones de la salsa incluyen jugo de limón, galletas, ajo y cebolla. También hay versiones con otros tipos de chile, como el rocoto.

En la presentación clásica, las patatas se colocan sobre hojas de lechuga y se acompañan de huevos duros y aceitunas negras. La salsa huancaína también se usa en otros platos, como raviolis, pastas o sancochado.

Hay varias historias sobre el origen del nombre. Una cuenta que el plato proviene de la región peruana de Junín, donde el creador compraba los ingredientes principalmente en la ciudad de Huancayo en el valle del río Mantaro y para homenajear esta región las llamó «Papa a la Huancaína». Otra historia sugiere que el plato se servía en la primera estación de tren que se dirigía a Huancayo (Ferrocarril Central del Perú), de ahí el nombre. Ambas historias sugieren un origen limeña del plato.

Según Jorge Stambury, en su libro «La Gran Cocina Peruana», el plato se originó en Huancayo y nació durante la construcción del Ferrocarril Central del Perú, que requería una gran cantidad de trabajadores. Las mujeres de la población huancas preparaban la comida para los trabajadores hirviendo las patatas y sirviéndolas con una salsa de queso mezclada con rocoto y leche, acompañadas de huevos duros. La receta posteriormente migró a Lima y el rocoto fue reemplazado con chile amarillo.

10. Caldo de Gallina

Caldo de Gallina

El caldo (caldo) de gallina es un icono de la gastronomía peruana, comparable al ceviche, al chifa y al pollo a la brasa. Es un plato muy popular, con la reputación de poder restaurar no solo el cuerpo, sino también el espíritu. Este caldo mágico, rico en vitaminas - a los peruanos nos encantan las sopas, los caldos y los chupes - esconde algunos secretos que vale la pena conocer.

(@MovistarPlus)

En cuanto a sus orígenes, como muchos otros platos criollos, son inciertos. Sin embargo, ya a mediados del siglo XIX se hacía mención de su fama en la obra del escritor Manuel Ascencio Segura. Cien años después, ya era una necesidad en las cercanías del Mercado Central y de La Parada, donde los noctámbulos y madrugadores – los bohemios criollos y los trabajadores – iban a recargar sus energías por la mañana.

Este caldo tiene la reputación de ser capaz de resucitar a los muertos, restaurar a los enfermos y disipar las sombras de una larga noche de bebida – o prepararnos para continuar -. ¿Será por la combinación de ingredientes vegetales, los carbohidratos de la pasta y los nutrientes del ave? Probablemente sí. Los caldos tienen esta propiedad, y el de gallina es excepcional en esto.

Los quioscos de caldo de gallina se encuentran en todo el Perú, especialmente a lo largo de las calles y en los alrededores de los mercados o zonas industriales, donde se concentra una gran cantidad de trabajadores. Sin embargo, Lima es la ciudad con el mayor número de estos quioscos. Algunos están dedicados exclusivamente a este plato, sirviéndolo las 24 horas del día, los 365 días del año, cada uno con su toque distintivo, como un poco de chile, maíz tostado o el punto de cocción del huevo.

Por supuesto, también hay versiones regionales. En los Andes se sirve con el mote, mientras que en el Amazonas se acompaña con la yuca.

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